Me es tan difícil pensar en ti,
aunque sea durante un segundo,
me es difícil recordarte con tus huesos tristes,
tu mirada ciega y tu ropa de domingo.
De todas maneras me esfuerzo,
intento recordar cómo respirabas,
qué era lo que me susurrabas al oído,
cómo me mirabas entre el humo del bar.
Pero ahora se que ese tiempo pasó,
sus segundos expiraron
y ya sólo me acuerdo de ti
de vez en cuando
como ahora, en el que el frío me rodea.
Y el recuerdo se coló en mi habitación,
Atrapándome como
la piel a los huesos.
Es entonces, cuando de repente
sin saber el cómo
ni el porqué
te recuerdo.
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